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July 27, 2020

 El Covid azota Sudamérica

Autor:  Matías Parker Castro – Subeditor Deportes La Tercera

No hay quien lo detenga, pese a la tregua que le ofrecen médicos, estadistas, políticos y economistas. Este virus no respeta nada. Las múltiples estrategias que se han implementado en países de todo el mundo parecen no incomodarlo. Desde confinamiento obligatorio hasta salidas parceladas. Poco importa la bandera, o el PIB nacional. La pandemia va ganando, sin mayores esfuerzos.

En el fútbol el panorama es aún más desolador. En Europa se intenta volver a normalidad, pero en canchas que han perdido todo el colorido. Quizás el sonido ambiente y los hinchas de cartón que disponen algunos elencos adornan un poco más el triste escenario que solo se puede ver por TV. ¿Qué culpa tiene Liverpool de no poder celebrar con su gente el ganar la Premier tras 30 años? De fútbol, poco. El nivel es bajo, pero con justificación. Jugadores lentos, con temor a lesionarse, que no han tenido el tiempo para ponerse a punto, deben decidir campeonatos que comprometen millonarios premios y clasificaciones a copas internacionales.

En Chile la situación no es menos dramática. La ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional) lo intenta día a día, pero parece no resultarle. Se reúne con el gobierno e intenta conseguir permisos para que los futbolistas puedan entrenar en zonas de confinamiento, pero sin tener una respuesta positiva hasta el momento. La advertencia viene desde la comisión médica que ya dejó en claro que los jugadores no volverán a disputar el torneo nacional si no tienen al menos 21 días de entrenamientos en cancha.

Pero no todo es romanticismo. La pelota se vuelve tan importante como el negocio que genera la actividad. Los dueños de los clubes intentan mantener la calma, pese a que a ratos pierden la compostura. La fecha fijada para el retorno, que se acordó para el 31 de julio, ya es una utopía. El negocio parece ya no ser tan rentable. Pocos ingresos en venta de tickets y contratos publicitarios que se fugan mes a mes de las cuentas de los clubes. Sin ir más lejos, Colo Colo, el equipo más ganador del país, envió a todo su plantel a cobrar el seguro de cesantía. Sostener una plantilla de casi US$ 1 millón resulta imposible. Otros elencos, al menos, optaron por una salida más sana y rebajaron los salarios  por un número determinado de meses.

El fútbol agoniza. Quiere volver a respirar, pero sin tener que depender nunca más de una mascarilla. Es que el virus no da tregua ni siquiera a la actividad que tanta pasión despierta en millones de personas en el mundo.