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December 1, 2020

La dirigencia lastimó y mucho a nuestro fútbol en 2020


Autor: Jorge Asturizaga / Periodista PREMIUM.com 

El fútbol boliviano cerrará dentro de unas semanas el año 2020 en el que quedó muy lastimado.

Sumergido en una crisis que parece no tener fin, la temporada pasó a jugarse más en los escritorios, en tribunales, con cruces mediáticos entre los dirigentes que prefieren dar privilegio a los intereses personales antes que velar por el colectivo.

El coronavirus impactó fuerte en el planeta, pero poco a poco y con el ejemplo de Alemania la pelota empezó a rodar primero en Europa y luego siguió en otras latitudes.

En Bolivia tarde se pensó en regresar a las canchas. Esa voluntad de reanudar la competencia con un G14 unido -en vez de un G8 y un G6- fue un discurso mentiroso, los hechos dan fe.

Cuántas sesiones de Consejo Superior quedaron en nada porque los dos grupos de clubes no atendían las convocatorias de dirigentes a los que no reconocen.

Por fin pudieron ponerse de acuerdo para llevar adelante una maratón de partidos hasta el 31 de diciembre.

Después del fallecimiento de César Salinas los papelones se sucedieron uno tras otro: amparos constitucionales, demandas en el TAS, suspensión definitiva a un dirigente, dos presidentes en la FBF, uno reconocido por las matrices internacionales del balompié y el otro por la justicia ordinaria, una licitación de los derechos de TV observada.

Sigue con una propuesta de creación de una empresa para que los clubes autogestionen esos derechos sin que hasta ahora se conozca por lo menos el nombre de la misma, hubo un Congreso Ordinario en el que se eligió presidente a las cuatro de la madrugada, intentos de allanamiento al hotel de concentración de la selección, orden de clubes para que sus jugadores abandonen la concentración de la Verde, negativa para ceder futbolistas, aceptación del técnico al capricho dirigencial y malos resultados en el inicio de las eliminatorias.

La cadena de hechos negativos de los dirigentes en el año que se va es larga y parece que no tiene fin. Les encanta meterse en problemas, faltan dedos en las manos para contar sus yerros.

Se han vuelto expertos en marcar autogoles. Ojalá que cierren 2020 con la llave del olvido y que el 2021 llegue con cosas positivas para curar a nuestro lastimado fútbol.