William Ferreira, eterno 8 celeste

March 31, 2024

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William Ferreira, un uruguayo que llegó como refuerzo para el club Bolívar el año 2009, como a todos los extranjeros la aclimatación no es fácil, mucho menos cuando las exigencias y las luces están sobre uno. Pero con goles y entrega el delantero uruguayo se fue ganando un espacio en el corazón de los hinchas celestes.

Cuando un delantero nuevo llega a tu club, la hinchada lo único que le pedirá serán goles, pues Ferreira en su primer año fue el máximo goleador del torneo, repitió su marca el 2010 y más adelante el 2013 en la previa al que sería uno de sus mejores años en Bolivia y con Bolívar, el 2014.

Ese año de seguro está en la memoria de todos los bolivaristas y de todos los futboleros, un par de años después en el primer aniversario de la Revista Cábala, William Ferreira, posó por primera vez para los lentes del equipo de Cábala, una portada inédita junto con Juan Carlos Arce, Pablo Escobar y Alejandro Chumacero.

Un año después en la edición 23 pudimos contar la historia completa del delantero, sus inicios desde sus tiernos 6 años entrenando bajo las órdenes de su papá que también jugaba, pero de zaguero, sus primeros pasos en el fútbol de su país en Nacional de Montevideo pero como enganche, y años mas tarde como le llegó la oferta que cambiaría no solo su carrera sino su vida, desde Bolivia lo quería el entrenador Gustavo Quinteros para Bolívar.

En aquella entrevista relató cómo antes de venir a Bolivia lo único que conocía era la altura de Bolivia, “la verdad no sabía nada más, porque tampoco no había jugado aquí algún torneo internacional, me adapte rápido, los compañeros que tenía ese momento me ayudaron”. Justamente a su llegada el primer partido que le tocó ver fue un clásico paceño, “a los dos días que llegué fui a mirar un clásico y subí las graditas del Siles, cuando llegué tenía un ahogo impresionante y dije dentro mío, cómo voy a hacer para jugar acá”, relató el uruguayo sus primeras vivencias en nuestro país.

Asimismo, esa gran Libertadores de 2014, como un inicio complicado en esa temporada fue superado por la unión del grupo de jugadores a los que justamente diez años después pudo llamar para compartir su último partido de despedida. Para el año 4 de Cábala, Ferreira volvió a ser parte de la producción para la portada de la revista esta vez despidiéndose de La Paz, cerrando una etapa en su vida y en su carrera.

En esta edición, William Ferreira volvió a La Paz para poner punto final a su trayectoria con la camiseta que lleva en el corazón y al lado de todos esos amigos que le regaló el fútbol. Fue a inicios del 2024 cuando se anunció que en marzo se viviría ´La noche de la fiera’ desde ese momento el uruguayo y su familia comenzaron a vivir una serie de emociones hasta que llegará esa noche final.

“Con la familia lo vivimos con mucha ansiedad sobre todo con mis dos hijos más chicos, porque ellos sabían que iban a jugar un poquito y como hacía tiempo que no íbamos a La Paz, también mucha nostalgia de volver a ver muchos amigos, lugares donde fuimos muy felices, el poder vestir por última vez la camiseta de Bolívar, así que con muchas emociones pero muy felices de poder emprender el viaje” relata el goleador.

Los días en La Paz estuvieron llenos de actividades, “nunca lo había vivido de esa manera, de estar todos los días desde el domingo que llegue hasta el día del partido ir a tantos medios no me había pasado” todos querían tener la palabra del atacante, fotos, firmas, demostrarle una vez más todo el cariño que se ganó cuando era parte de las filas celestes.

Llegó el día del partido final, fue un día cargado de emociones de inicio a fin, y es que todo comenzó con su visita a Ananta, al Centro de Alto Rendimiento que tiene poco más de un año de  su inauguración, “Muy sorprendido, pero también muy feliz porque Bolívar pueda tener ese Centro de Alto Rendimiento y también porque lleva el nombre de don Guido, es el nombre perfecto, muy sorprendido por todo, quede admirado por todas las instalaciones, seguro que los jugadores que están y los nuevos van a aprovechar y disfrutar muchísimo todo lo que tienen ahora”.

Ferreira junto con sus excompañeros conocieron todas las instalaciones en una visita guiada que terminó en una de las tres canchas que tiene el predio, ese momento también fue especial porque pudo saludar a algunos jugadores de la actual plantilla del club como Francisco Da Costa, Jairo Quinteros, Sebastián Viviani y Luis Paz, este último quien heredó la camiseta número 8 de la Fiera.

La jornada continuó con un almuerzo que unió a ese Bolívar del 2014 con el actual, un asado en el que no pudieron faltar las palabras de reconocimiento y agradecimiento del Ingeniero Guido Loayza hacia Ferreira. Es así que le preguntamos al protagonista del día que sentía al estar en Ananta y recordar el estadio de Tembladerani, “lo recuerdo con mucha nostalgia de algo más simple, más pequeño, pero con toda una historia por detrás y eso es bonito, yo viví todos los años que estuve en Tembladerani y los recuerdos que tengo son de muchos entrenamientos, gimnasio, de pasar grandes momentos en el vestuario con los amigos” respondió.

Fue entonces que llegó el momento de ir al Hernando Siles, para lo que Ferreira resume como: “La noche perfecta”; como relatamos fue un día lleno de emociones y es que el clima de La Paz no acompañó mucho las horas previas como lo relata el mismo homenajeado, “antes del partido con Diego Rada que fue el artífice principal de todo junto con Ariel que estaba en la organización, estuvimos reunidos en el hotel mirando por la ventana el Siles y aquella tormenta con agua y relámpagos, nos mirábamos como bueno un poco desahuciados, por ahí pensar que la gente no iba a poder llegar” pero los hinchas respondieron y el evento se llevó adelante.

“Poder después ver lo que sucedió, el estadio con mucha gente, el recibimiento, yo sentí que la gente estaba feliz, que vivía el partido más allá de que era un amistoso, yo sentí que se divirtieron y después con los penales fue el broche de oro” resume en pocas palabras una noche que tuvo goles, que tuvo emociones, aplausos y mucho color.

Uno de los momentos que más lo emocionaron fue el ingreso de los jugadores a la cancha. “Me sentí muy feliz y sorprendido cuando subí las graditas y vi todo oscuro, las luces de los celulares, fue hermoso, así que muy agradecido por la hinchada por ese recibimiento fue espectacular, los fuegos artificiales todo muy hermoso, sorprendido por todo lo que viví al volver a pisar el Siles. Sin duda, cuando pude entrar fue lo que más me marcó, pude entrar con mi nieta en brazos, mis hijos, mi esposa, saludar a toda la gente desde el centro del campo”.

Su objetivo principal al hacer las maletas para este partido se cumplió, disfrutar su último partido al lado de su familia, “cuando arranque el viaje lo que me propuse fue disfrutar del último partido, pasarla bien con la gente que quisiera despedirme, poder hacer uno que otro gol, la tijerita la quería hacer, pero los compañeros algunos estaban jugando más en serio que otros y por ahí intente, pero no se pudo”.

Ahora con el punto final puesto a su carrera vive un presente al lado de su familia disfrutando de sus hijos, de sus padres, ya que la carrera de un jugador los mantiene lejos de sus seres queridos en muchas fechas importantes, en este contexto le dedica unas palabras al fútbol, “Al fútbol le diría gracias por permitirme realizar mi sueño de ser jugador profesional, de permitirme viajar por tantos países, conocer muchos lugares, otras culturas, conocer a muchas personas, vivir de lo que amo, lo único que podía decirle es gracias por todo”.

A los hinchas: “Para la hinchada no hay palabras para agradecerle, en todos mis años que estuve siempre trate de ser agradecido por que a mí siempre me brindaron un cariño y apoyo especial y dentro del campo lo que siempre trate de hacer fue que se sintieran identificados no solo conmigo sino con los equipos de compañeros que compartí, y eso fue lo que trate de devolverles ese cariño que me daban, que se viera reflejado con los goles o por lo menos con las ganas y entusiasmo de llevar la camiseta de Bolívar”.

Y a ese número 8 que llevó en la espalda: “El número 8 va a ser eterno para mí porque me hizo vivir los últimos años de Bolívar, mi mejor etapa en la copa libertadores donde hicimos historia de llegar a la semifinal, donde tantos goles pude convertir, y los últimos goles que pude hacer principalmente en el clásico el número 23 que va a quedar ahí en la historia. El 8 para mi va a ser un número muy especial y va a quedar eterno”.

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