Del bombazo de la Superliga a su muerte prematura

May 13, 2021

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El domingo 18 de abril cuando parecía ser un domingo más donde los amantes del fútbol veían desde sus hogares a sus equipos favoritos por televisión, ya que las medidas de bioseguridad aún no permiten el regreso de los hinchas a los estadios, fue el inicio de una movida en Europa que duró poco pero que dejó grandes marcas.

En Europa ese día se lanzó al mundo el inicio de la Superliga Europea, un torneo donde participan doce clubes, Milán, Arsenal, Atlético de Madrid, Chelsea, FC. Barcelona, Inter de Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham Hotspur se unieron para disputarlo fuera de las competiciones nacionales y continentales que regula la UEFA Y la FIFA.

Estos doce clubes fundadores explicaron su creación en base a la crisis que dejó la pandemia y que su intención era llegar a los 15 clubes en su primera versión y luego a 20, hicieron la invitación a equipos alemanes y franceses pero ninguno se sumó. Se tenía previsto que el primer torneo se juegue desde agosto 2021 hasta mayo 2022, cada club participante recibiría 4.190 millones de dólares como adelanto por su participación.

Esta iniciativa de los doce clubes más poderosos del mundo fue una bomba mundial, desde hinchas, jugadores, entrenadores, organismos internacionales del fútbol y los propios gobiernos expresaron su rechazo al proyecto de tal manera que en 48 horas el proyecto colapsó y fue anulado.

Tras dos días del anuncio de una competición elitista, solamente el Real Madrid de Florentino Pérez, principal ideólogo y presidente de la Superliga, y el Barcelona de Joan Laporta sostenían ya el plan que desató el descontento de los hinchas. Por su parte los clubes desertores del plan justamente argumentaron que retiraban su participación tras reconocer su adelantada determinación sin consultar a uno de los principales activos del fútbol como son los hinchas.

Andrea Agnelli, Presidente de la Juventus en las primeras horas de vida del proyecto sostuvo que estaba “convencido de la belleza del proyecto”, tras la salida del club italiano de la Superliga tuvo que “admitir que ahora no puede seguir adelante” el plan.

El Presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, fue categórico al señalar que, “Nuestra competición (Liga de Campeones) es abierta. La Superliga es una competición cerrada, es una propuesta vergonzosa y egoísta. Es un escupitajo en la cara de todos los amantes del fútbol”, sumado a los recordatorios de sanciones por parte de la FIFA, fueron otro golpe de muerte a la Superliga.

Lo cierto es que la estocada final la dio el hincha, que sintió tocada su pasión por el fútbol, que salió a las calles para que el fútbol respete su esencia, por ahora la batalla está ganada, hace años atrás una idea parecida tampoco tuvo acogida en Sudamérica por lo que los dirigentes deberán tener más cautela en sus decisiones.

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