Abdul Aramayo nació en Tarija el 4 de septiembre de 1934. Llegó a la sede de Gobierno en 1953, para unirse a las filas de Ferroviario, en 1962 pasó a jugar en Chaco Petrolero, también pasó su juego por Always Ready. Su juego explosivo, desequilibrante y sin freno ante la defensa rival lo llevó a la Selección nacional, y tuvo la oportunidad de salir campeón del Sudamericano de 1963 junto el maestro Víctor Agustín Ugarte, después de 40 años de aquella hazaña el Gobierno otorgó a los seleccionados la medalla al Mérito Deportivo en el grado de Caballeros del Deporte.
Uno de los recuerdos que la hinchada futbolera del país recuerda es el gol que le convirtió al campeón del mundo, Brasil, durante el Sudamericano de 1959, disputado en Argentina y el estilo de jugo lo hacían compararse con el mismísimo Garrincha.
En 1965 llegando a Bolívar encontraría el amor a los colores inicialmente fue parte del equipo que conquistó el retorno al torneo profesional de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP), luego se dedicó a formar jugadores para la Academia. Por sus manos pasaron jóvenes como Joaquín Botero, Luis Gatty Ribeiro, Daner Pachi, Felman Puro, Leonel Reyes, entre otros.
Aramayo es recordado por haber sido parte del ascenso de Iberoamericana (filial del Bolívar) en la Copa Simón Bolívar 2000 al ganarle en la final a Aurora, además del gran aporte que hizo al club de sus amores Bolívar, en el que fue campeón como jugador y como entrenador en los años 1985 y 2005.
Abdul Aramayo dejó un legado en el fútbol nacional, fue un ejemplo de humildad, disciplina y sobre todo amor por su querido Bolívar, convirtiéndose en uno de los estandartes de la lealtad en el balompié boliviano.