Y NUESTRAS PARTICIPACIONES MUNDIALISTAS NUESTRA ELIMINATORIA
La crisis mundial del coronavirus ha congelado también el fútbol y ha obligado a la postergación de las eliminatorias y la Copa América. Está claro que también para el deporte rey habrá un antes y un después de la pandemia. Tanto la FIFA como la Conmebol y la FBF, tendrán que adecuarse al mundo que se viene.
Revisando la historia de nuestras participaciones mundialistas, vale la pena recordar que en las tres ocasiones en que participamos se produjeron “estados de excepción” que pudieron haber frustrado nuestra presencia.
El 28 de mayo de 1930 Hernando Siles presentó su renuncia a la presidencia provocando una revuelta popular. Tal decisión coincidía con la preparación de la selección boliviana para viajar al mundial de Uruguay. La Federación estuvo a punto de suspender el viaje del equipo nacional dada la grave situación política y social. Primó, sin embargo, el compromiso adquirido y Bolivia viajó y disputó la copa. El presidente de la Asociación uruguaya lo destacó así: “…y a Bolivia, que a pesar de la convulsión que agita a la multitud de su pueblo, no trepida en hacer llegar a nuestras playas, en la antevíspera del comienzo del torneo, un equipo que nos muestra la gallardía de sus campeones”.
En 1950 para el mundial de Brasil lo más relevante fue que, tras el espantoso “estado de excepción” universal que representó la segunda guerra, muchos países europeos, prácticamente arrasados, se abstuvieron de participar en esa Copa. Pero además, Bolivia que debía disputar la primera eliminatoria de su historia, se vio favorecida por una deserción inesperada. Sus rivales debieron ser Argentina y Chile. Argentina, sin embargo, desistió y se retiró de la eliminatoria por un pleito que tenía con la Federación Brasileña. De ese modo, Bolivia y Chile clasificaron automáticamente al mundial y jugaron, en calidad de amistosos preparatorios, un partido de ida y otro de vuelta. El encuentro en La Paz, disputado en febrero de ese año con triunfo nacional, fue el primer partido de la selección como local. Bolivia fue luego a Brasil y jugó el torneo.
En 1993, antes de las eliminatorias para el mundial de Estados Unidos, se produjo la situación más parecida a la que enfrentamos hoy. En febrero de ese año estalló un conflicto entre la Liga y FACRUZ (futbolistas agremiados de Santa Cruz), que reclamaba la aprobación del estatuto del futbolista. Al no lograrse un acuerdo los agremiados decretaron un paro indefinido. El fútbol liguero se suspendió. Eso permitió a Xabier Azkargorta contar a tiempo completo con los seleccionados y prepararlos con intensidad y continuidad. Bolivia clasificó en las eliminatorias y fue al Mundial.
Fue así que las tres veces que Bolivia participó en un mundial vivió “estados de excepción” que podían haber impedido su presencia en la mayor justa del fútbol. Las tres veces, por el contrario, esos hechos determinaron su participación mundialista.