El fútbol, ¿es solo un juego?

December 2, 2019

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Latinoamérica atraviesa una época difícil política y socialmente, en la mayoría de los países que componen Sudamérica se han vivido en los últimos meses protestas de todo tipo, el ciudadano de a pie se encuentra en las calles con distintos pedidos, con distintas necesidades, miles de personas en la calle protestando es el pan de cada día por este lado del mundo. El pueblo está en las calles, se ven desde familias completas con niños, jóvenes, abuelos, médicos, artistas y esta vez también futbolistas.

Bolivia estuvo movilizada desde el 21 de octubre, un paro cívico nacional detuvo el torneo Clausura por más de un mes, pero a diferencia de otros momentos históricos que ha vivido el país, en esta ocasión se ha visto a los futbolistas bolivianos activos, al lado de su gente. Ellos, los que son los referentes de desatar emociones cada vez que entran a la cancha no se quedaron indiferentes y demostraron su lado más humano.

En el caso de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra donde el paro cívico fue contundente, los futbolistas de los seis clubes profesionales que tiene esa ciudad estuvieron al lado de sus familias en los bloqueos y cabildos, reflejaron su día a día en sus redes sociales. En la Sede de Gobierno la situación se vivió de manera diferente, además de apoyar el paro, y una vez que toda la convulsión llegó a La Paz con actos vandálicos, los jugadores de los clubes paceños se unieron a las vigilias barriales para precautelar sus hogares y sus familias.

Foto: Michael Dunn

En otras ciudades como Potosí, hubo incluso jugadores que junto con sus esposas salieron a las calles a compartir una olla común o brindarles un plato de comida a sus vecinos que llevaban días bloqueando y protestando pese a las bajas temperaturas.

En un ambiente tan tensionado también usaron su voz y el protagonismo que tienen dentro de la sociedad para demostrar que a pesar de todo lo que los envuelve son ciudadanos, de hecho en uno de los cabildos más importantes que se llevó a cabo en la capital cruceña, las miles de personas que estuvieron presentes observaron en pantalla gigante los videos de los futbolistas bolivianos que pedían democracia para Bolivia.

Otros jugadores optaron por usar sus redes sociales para pedir paz para el país como el capitán del club Bolívar y la Selección boliviana, Juan Carlos Arce quien publicó “primero está mi país, primero está el rojo amarillo y verde. Espero que se solucionen los problemas pronto, que nos unamos y que la tranquilidad vuelva a cada uno de los hogares bolivianos”, el capitán de The Strongest, Daniel Vaca por su parte lanzó el siguiente mensaje: “Todos Somos Bolivia, trabajemos juntos para construir nuestro país con paz, amor y unidad”.

Incluso el referente de The Strongest y ahora entrenador del Sol de América, el paraguayo naturalizado boliviano, Pablo Escobar desde Paraguay estuvo pendiente de lo que pasaba en la que fue su segunda casa y en un amplio mensaje expresó su cariño para con los bolivianos, “Mi deseo de corazón es que llegue la paz a Bolivia y que cese la pelea entre hermanos”.

Foto: Michael Dunn

Este hecho importante y llamativo en Bolivia se repitió en otros lugares, muy cerca en el vecino país chileno, con una situación similar y prácticamente simultánea los jugadores reconocidos mundialmente como Arturo Vidal, Charles Aranguiz y Gary Medel expresaron su apoyo a sus compatriotas que estaban en las calles protestando y pidieron no solo paralizar el torneo local sino suspender los amistosos de la Fecha FIFA.

Pero estos momentos donde el fútbol se une al clamor de la gente en las calles no es algo aislado, de hecho el fútbol al ser un fenómeno cultural siempre ha estado vinculado de una u otra manera a los distintos tipos de gobierno, ya sean dictaduras o democracias.

La historia del fútbol nos deja nombres importantes que no ocultaron sus ideas debajo de su camiseta, como el brasileño Socrates, “Ganar o perder, pero con democracia”, era su frase de batalla, en plena dictadura del general Baptista, promovió lo que se conoció como la ‘Democracia Corinthiana’, un modelo socialista aplicado a un equipo de fútbol donde los jugadores decidían todo, entre todos.

También está el caso de Diego Armando Maradona, fiel seguidor de la revolución cubana, amigo cercano de Fidel Castro, partidario de Hugo Chávez y muy bien relacionado con Evo Morales. En una ideología contraria se ve el caso de Paolo di Canio, delantero italiano de la década de los 80 y 90 que tuvo un gran paso por la Lazio, la Juve, el Milan, quien llevaba con orgullo su tatuaje del Mussolini, declarado públicamente fascista levantaba el brazo derecho con la mano extendida y realizaba un saludo nazi hacia las tribunas en los partidos que disputaba.

Pero uno de los jugadores que marcó la historia de su país fue el delantero Didier Drogba, quien literalmente detuvo una guerra civil. Para 2005, su país, Costa de Marfil llevaba cuatro años en guerra civil y el país estaba totalmente dividido. En octubre de ese año, por primera vez en su historia lograron clasificar a un mundial, Drogba convirtió en ese momento de euforia en un el momento que cambió el destino de su país.

Rodeado por todos sus compañeros, se dirigió a la cámara que estaba transmitiendo el partido para todo el país y su discurso fue el siguiente: “Ciudadanos de Costa de Marfil, del norte, sur, este y oeste, os pedimos de rodillas que os perdonéis los unos a los otros. Perdonad. Perdonad. Un gran país como el nuestro no puede rendirse al caos. Dejad vuestras armas y organizad unas elecciones libres”, días después de dicho discurso se acordó un alto al fuego que ya había cobrado la vida de cuatro mil personas.

Pero Drogba consciente de que aún quedaba mucho por trabajar, en 2006 cuando recibió el premio al mejor futbolista africano llevó su trofeo a Bouaké, una de las ciudades que habían ocupado los rebeldes opositores al gobierno y volvió a solicitar la unidad del pueblo. Pero no se quedó ahí, un año después logró lo impensado. Organizó en la misma ciudad de Bouaké un partido de su Selección frente a Madagascar, aunque el triunfo de Costa de Marfil ocupó los principales titulares, el momento principal fue cuando sonó el himno nacional y se vio al presidente de Costa de Marfil y el líder rebelde cantándolo uno al lado del otro. Drogba supo en ese momento que la Guerra Civil había terminado, “Ver a los dos bandos juntos, cantar al unísono el himno de mi país fue muy especial. Sentí que Costa de Marfil volvía a nacer”, declaró el delantero.

Alrededor del mundo se ve como el fútbol es una gran herramienta pacificadora y de unidad, actualmente naciones como Siria, Palestina, Irak y Yemen que viven en territorios plagados de despiadadas batallas, encontraron en la Copa Asiática una forma de superar los conflictos y dictaduras en sus países. De esta manera el fútbol demuestra una vez más que es más que es mucho más que un juego.

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