Francia; ejemplo de proyecto, trabajo y consagración

July 24, 2018

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Francia consiguió su segunda Copa del Mundo luego de 20 años, en la gran final dio una muestra de la efectividad que llevó a esta joven selección a ser la mejor del mundo, al frente tuvo a una valiente y luchadora selección de Croacia, que no bajó los brazos nunca. Es así que estas dos selecciones deleitaron en una de las mejores finales de los últimos tiempos a todo el mundo, el marcador final fue 4-2 para los franceses, pero la consagración de esta selección va más allá y es un gran ejemplo para muchos países que necesitan iniciar un nuevo proceso.

La Selección francesa pasó por una crisis hace ocho años, justamente en el Mundial disputado en Sudáfrica, en aquella oportunidad fueron eliminados en primera ronda con escándalos de por medio. El jugador Abidal insultó en el vestuario durante un entretiempo al entrenador Domenech; el jugador fue expulsado de la concentración, el plantel también ingresó en huelga por este tema, es así que con el equipo eliminado y muchos problemas internos, el Presidente de la Federación, Escalettes renunció.

Un año después llegó Noel Le Graet, actual Presidente de la Federación quien tomó la decisión de contratar a Didier Deschamps con el claro objetivo de apuntar y potenciar a las selecciones menores. El camino no fue fácil, si bien se consagraron campeones del Mundial Sub 20 en Turquía en el año 2013, llegó el Mundial de Brasil 2014 y lo más lejos que accedieron fue cuartos de final, en 2016 perdieron la final de la Eurocopa ante Portugal.

En esos seis años claramente fueron más frustraciones que logros, teniendo en cuenta además que para muchos el fútbol es de resultados, entonces sale a relucir dos aspectos fundamentales que llevaron a Francia a superarse, crecer y consolidar su proyecto. La paciencia y el respaldo que le dio la Federación al entrenador y la convicción del mismo para tomar las decisiones más difíciles con el objetivo fijo en la mira.

Es aquí donde toma importancia el papel de Noel Le Graet quien respaldó al entrenador a través de los años, creyó en el proyecto y lo apoyó hasta el final, para parte de la prensa, para los detractores del proceso el cargo del entrenador nunca estuvo seguro, incluso en ronda de octavos fue el mismo Presidente quien tuvo que salir a desmentir los rumores sobre la estabilidad del cuerpo técnico.

El Presidente, Le Graet, no solo creyó en el trabajo que se llevaba a cabo y lo defendió a toda costa, también respaldó las decisiones del director técnico. Deschamps dejó atrás los escándalos a los que cayó su selección, agarró un fierro caliente y ha convertido a su equipo en una maquinita bien engranada. Ha sido implacable y no le ha temblado la mano para dejar fuera a apellidos como Benzema o Ribery, para lograr ese vestuario cordial con buen ambiente que se refleja.

Todo esto se ha traducido en la cancha donde a lo largo de todo el Mundial fueron un equipo que creció, que fue de menos a más, que fue adquiriendo madurez y que dejó en claro que tenían muy bien estudiados a los rivales. Un equipo joven que se revalorizó, que tuvo virtudes como la efectividad, sobresalió su velocidad, la concentración y tantos otros detalles que los llevaron a la cúspide.

Pero por sobre todo el entrenador supo manejar sus fichas de manera que todo su grupo estuviera listo en todo momento, una muestra de eso es que 21 de los 23 seleccionados tuvieron participación en alguno de los partidos del Mundial. Solo quedaron al margen el defensor Adil Rami y el tercer arquero Areola.

Todos gritaron los goles de Griezmann, Pogba y Mbappé, pero a su lado tuvieron a otros obreros que ayudaron a llevar el barco a la cima del mundo, uno de ellos fue N’Golo Kanté, quien fue el héroe silencioso de todo el equipo. La importancia de su labor no fue muy mediática, pero los números muestran que Kanté hizo más pases acertados que Varane y Pogba. Tuvo el 89% de pases efectivos, también fue quien más kilómetros recorrió, un total de 68 km. Y por si fuera poco, ningún jugador de su equipo recuperó más balones que él. “Tiene 15 pulmones”, dijo Paul Pogba sobre Kanté; “¡Lo ves en todas partes, de repente, sale del suelo!”, lo describió Lucas Hernández.

Todos los números y por su puesto el trofeo dejan en claro que Francia supo elegir a su conductor y por encima de eso, supo dar un respaldo total, descartando cualquier objetivo a corto plazo y avalando todas sus decisiones. El festejo en conjunto que se vio en el estadio Luzhniki, con los jugadores levantando en brazos a su entrenador fue otra muestra de las buenas decisiones porque fue un grupo convencido por un proyecto, decidido a un objetivo y agradecido con su líder.

El mes de Francia terminó con el trofeo en las manos, comenzó el 16 de junio cuando venció 2 a 1 a Austalia, continuó el 21 de junio cuando por 1 a 0 derrotaron a Perú, cerraron la fase de grupos empatando sin goles ante Dinamarca, en octavos de final eliminaron a Argentina por 4-3, en semifinales dejaron en el camino a Bélgica a quienes ganaron por 1-0 y en la gran final por 4-2 derrotaron a Croacia.

Los franceses demostraron ser una máquina de eficiencia, eficacia, talento y velocidad; como los grandes campeones no dejaron nada al azar, hizo de la pelota parada una de sus principales armas ofensivas. Tuvo un grupo de hombres, muchos obreros, que sin mucho ruido, sin llegar como favoritos, avanzaron a paso firme, concentrados en sus objetivos.

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