Horacio Elizondo, perfecta combinación de justicia, deporte y docencia

May 22, 2018

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El árbitro argentino protagonista del Mundial Alemania 2006, Horacio Elizondo, estuvo en la ciudad de La Paz impartiendo conocimiento y experiencia en el Seminario organizado por el Club Bolívar enfocado a actualización de reglamentación de juego.

Elizondo encontró su pasión y vocación por el arbitraje luego de haber tenido una corta carrera como futbolista,  a los 14 años colgó los botines, siempre fue amante de los deportes, practicó rugby, atletismo, natación, básquet, volley, atletismo, salto largo, salto alto, lanzamientos de bala, de jabalina, decatlón.

En su etapa de educación secundaria sintió un lazo fuerte hacía la justicia cuando vio que quería ser Fiscal de la Nación, pero la docencia también era otra fuerte vocación, la cual terminó inclinando la balanza y haciendo que estudie para Profesor de Educación Física.

En una de sus prácticas le toca arbitrar un partido de handball, tiempo después el arbitraje vuelve a aparecer en su vida, “Caminando por el centro me encontré con un portón que decía, abierta la inscripción de árbitros y seguí caminando pero llegue a la esquina y el semáforo me detuvo, volví, subí y me anoté, empezó el curso y a la semana pensaba en dirigir, no había otra cosa en mi vida, era el enamoramiento total con el arbitraje”.

De ahí en más, los distintos partidos han marcado su vida en dos ámbitos, están aquellos que lo marcaron profesionalmente, y los que marcaron su vida en un ámbito más personal, “el que más me impactó emocionalmente fue el partido inaugural del Mundial, porque yo debuté en primera división con 28 años, fuí internacional con 30 años recién cumplidos, a partir de ahí hasta los 45 me quedan 15 años, entonces programe mi carrera; ese partido fue muy importante porque yo sabía que tras eso dejaba el arbitraje”.

En el Mundial de 2006 cuando llega a su meta sucede un hecho que quedó marcado en la historia del fútbol, la expulsión a Zinedine Zidane en el partido final, él mismo recuerda a la perfección cómo lo vivió, “Fue la decisión más mediática que tuve, el mundo vio y habló de esa jugada. En el partido fue un momento natural, me sumergió en la historia de ese mundial donde dirigí 5 partidos incluyendo el de apertura y la final, la frutilla del postre fue la expulsión de Zidane. Pasa a espaldas mías, yo no observo, el juego se va hacia el otro área y yo me voy con el balón hacia el otra área pero cuando rechaza la defensa y giramos veo un jugador de azul tirado en el piso, procedo a interrumpir el partido, me acerco al jugador y es ahí donde el cuarto árbitro me informa del cabezazo de Zidane a Materazzi”.

En un plano más íntimo aquel Mundial también tuvo anécdotas divertidas, y es que Elizondo nunca tuvo Cábalas, pero uno de sus asistentes de aquella oportunidad sí, “Rodolfo Otero –uno de sus asistentes -tenía como cábala, entrar con el pie derecho a la cancha, yo me fastidiaba mucho, y se me ocurrió la estúpida idea de romper la Cábala, salimos al segundo partido que dirigíamos, Suiza – Corea, veníamos pegaditos los tres y justo cuando veía que cambiaba el paso yo le toco el hombro, se trastabilla y entra con el pie izquierdo. Me miró como si le hubiese clavado una daga en el corazón, en ese partido tuvimos una jugada polémica y nos tuvo a los dos de protagonistas; el levanta la bandera de un supuesto offside y yo veo que no era, yo hago seguir y termino dándole el gol a Suiza. Cuando termina el partido me decía ‘eso fue por culpa tuya’, me culpaba no por la decisión sino por romperle la Cábala”.

Foto: Kapriely Min Chen

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