El equipo de Brasil logró el oro olímpico, con él, terminaron los mitos, el Maracaná, pudo festejar un título tras 66 años de espera. Un título que era el único que le faltaba a su vitrina de logros a nivel Selección.
El Jornalista Mário Filho es muy conocido en el mundo, y no precisamente por haber recibido momentos gloriosos del balompié brasileño, todo lo contrario, al Maracaná se lo conoce en el mundo por los fantasmas que tiene encima de la Canarinha. El Maracanazo del 50, y la última Copa del Mundo que vio a Alemania levantar la Copa en Rio de Janeiro, tras golear por 7-1 a Brasil en Belo Horizonte. Esa precisamente era la imagen del último duelo entre Brasil y Alemania, su rival en el objetivo de lavar su imagen ante su gente en estos Juegos Olímpicos.
Es que si hay alguna disciplina en la que Brasil puede jactarse de ser candidato desde el inicio es en fútbol. Por eso la importancia, por eso, por ejemplo la decisión de Neymar, su máxima estrella, dejar la Selección mayor para jugar con chicos sub 23 en su casa y ganar esa medalla.
El 10 lo hizo, aún con el amargo recuerdo de su salida del Mundial en lágrimas, Neymar Jr. Anotó un golazo de tiro libre, y el penal decisivo, se lo vio incluso acalambrado, sin poder moverse en el tiempo extra, pero llegó hasta el final de su decisión, anotó dos goles claves en una tarde/noche inolvidable para Brasil. Por primera vez el Maracaná pudo celebrar y gritar campeón, hubo llanto de dos generaciones que fueron golpeadas por la historia.
La medalla de oro terminó además con otro maleficio, los Juegos Olímpicos se le negaban cada edición, no importaba el tamaño de las figuras, y el alto nivel de equipo brasileño, parecía imposible hasta hoy.
El conjunto brasileño es pentacampeón mundial, posee todos los títulos habidos y por haber en todas las categorías, pero el maleficio en los Juegos Olímpicos lo perseguía cada cuatro años. En la última edición, en Wembley, por ejemplo, llegaba con todo a favor y sucumbió ante México.
Muchos de los mejores futbolistas de la historia habían chocado contra un muro infranqueable, contra unos fantasmas balompédicos que impedían a Brasil coronarse en los Juegos. Romario, Bebeto, Ronaldo, Roberto Carlos, Ronaldinho, son algunos de los cracks que lo intentaron, pero no pudieron hacer lo que Neymar hizo, con convicción se hizo dueño de un sueño y responsable de un mal momento del fútbol de Brasil y lo llevó a lo más alto del podio olímpico, en el mismo Maracaná del dolor del 50, la vitrina de la Verde-Amarelha quedó completa, la llenaron con una fiesta dorada y una gran medalla que decora todo el edificio de la Confederación Brasileña de Fútbol que ahora esperará la Copa América 2019 para intentar consagrar a su Selección mayor en el templo del fútbol brasileño, que ya está libre de maldiciones.